jueves, 11 de diciembre de 2008

De las Jornadas de Comunicación/ Arte y Arte/ Comunicación

Por Irene Laura López

REFLEXIONES PRELIMINARES
“El arte no comunica y es opaco” es el disparador para esta reflexión preliminar. Todo un desafío. Justamente, porque es una de esas verdades absolutas –nunca tan absolutas- que no pondría en dudas y es que el arte es comunicación. Pero no, esa frase desató en mí, un aluvión de argumentos y contra argumentos sobre la ¿inexorable? relación entre arte y comunicación.
¿Qué vinculación une al arte y la comunicación? ¿El arte comunica? ¿Y en caso de comunicar que comunica? Y si estoy equivocada ¿Por qué el arte no comunica? son los puntos que construyen esta reflexión.
UN SENDERO, UN CAMINO
¿De donde parten quienes sostienen la incomunicabilidad del Arte? Ellos parten de entender la Comunicación como: transmisión lineal de información del emisor al receptor, a través de los medios de comunicación masivos. Mientras el Arte se reduce a las obras expuestas en los museos, supuestamente para un público de entendidos.
Así las obras de arte tienen un único y complejo sentido, que sólo puede ser entendido y explicado por expertos. Que se desvirtúa cuando entran en el mundo mediático, porque se ven simplificadas y masificadas para una audiencia que no comprendería su significación.
El resultado es un camino con dos senderos: la comunicación y el arte, que nunca se cruzan. De esta forma, niega las múltiples significaciones del proceso comunicativo del arte con el público. Un camino que conduce a la simplicidad intelectual.
UN SENDERO, MULTITUD DE SIGNIFICACIONES
Entonces, ¿hay una estrecha relación entre el Arte y la Comunicación? ¿Por qué reafirmar esta posición? Enriquecer el concepto de Comunicación es pensarlo desde la producción de significaciones; y hay significaciones cuando hay un lenguaje para decodificar. El Arte es un lenguaje artístico, porque tiene un conjunto de signos propios y ordenados particularmente.
Las prácticas artísticas son un modo de expresar lo oculto, aquello enquistado en el interior del artista generado por el mundo externo. Nos ayuda a ver más que a mirar, con las obras de arte el creador busca provocar una sensación en el otro, que lo conduzca hacia la reflexión. ¿No es esta sensación acaso comunicación?
Obviamente, una comunicación intuitiva, emotiva que nos interpelará a cada uno diferente. Remitiéndonos a diversas significaciones, de acuerdo a la interpretación y el conocimiento que tengamos sobre la obra. En definitiva el artista siempre nos esta comunicando “algo” con ella.
Las prácticas artísticas son la huella “de lo no dicho”, de aquello que la sociedad no quiere cuestionar y resguardar en el inconsciente colectivo. En esa búsqueda por el sentido, ellas se resignifican permanentemente, en pos de construir redes de solidaridad e identidad.
Se plasman en la memoria colectiva y construyen sentido, vinculando instancias de diálogo entre el rol social, político y productivo de una época. Así las creaciones artísticas adquieren una dimensión comunicable, al dar cuenta de las formas de comunicación humanas – desde el arte rupestre, el impresionismo a los formatos televisivos- desarrolladas por el hombre a lo largo de la historia.

En definitiva, la comunicación nació de la necesidad del hombre de interactuar, y el arte nació de la necesidad del hombre de comunicar. Las prácticas artísticas en constante proceso de transformación, son una matriz para analizar el futuro del mundo, y no sus “actualidades” supuestamente eternas. Y en este sentido, la comunicación en el arte se cuestiona por los enigmas que todavía no fueron descifrados.

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